Pescar en invierno es algo que tiene cierta magia, cada año acudo a mi cita con las barbos, tanto en Diciembre como Enero y Febrero son meses muy duros para capturar barbos con mosca, pero no imposibles.
Conforme las aguas bajan de temperatura también lo hace la actividad de los peces, y es clave en primer lugar su localización. En zonas donde el resto del año hemos tenido buenas jornadas, es muy probable que estén totalmente muertas, por lo que los peces no estarán en todos los puntos, un buen conocimiento de sus costumbres en invierno será clave para obtener el éxito.
Si bien Diciembre no es aun tan complicado como Enero, eso es harina de otro costal, sin embargo esta dificultad es un gran aliciente, siempre digo que si todas las salidas fuesen facilonas ya habría dejado esta modalidad de pesca, me gustan las dificultades.
Salí de casa con 2 bajo cero, pero el día seria radiante de sol, con lo que si contaba era con niebla, eso era mas que probable, como posteriormente confirme al llegar a la zona de pesca.
Una intensa niebla agarrada a la superficie del agua que creaba un fantasmagórico ambiente, aunque no tardo mucho en disiparse.
La temperatura se fue caldeando y los primeros barbos dejándose ver, en esta época un par de capturas ya son mas que dignas, pero lo que me esperaba fue toda una sorpresa.
Aunque los peces no estaban fáciles si pude ver bastantes, no cerca de la orilla, si no siempre alejados unos diez o mas metros, nadando muy lentamente.
Si se conseguía ajustar el lance exactamente en los morros sin dar demasiado golpe, la subida a por la seca estaba asegurada, lenta, muy lentamente, hasta el punto de tener que dejar la mosca y contener la clavada hasta que la mosca entraba en la boca, pues muchos se quedaban en la superficie empujando lentamente la imitación hasta que se decidían a tomarla.
Finalmente pude superar la veintena de capturas, una autentica locura digna del mes de junio…pero la pesca es así, nunca se sabe!!!
Vaya pasada Carlos. Yo en esta época del año cuando me acerco a un embalse lo hago más por el mero hecho de salir que por la esperanza de la captura. Pero esta entrada demuestra que no todo está perdido y hay que saber buscarlos. Un saludo y enhorabuena
ResponderEliminarSi Jorge, hace años no creía que se pudiese pescar en pleno invierno, pero en una ocasión decidí ir a pescar el día de reyes y conseguí un barbo, cierto es que no es nada fácil, pero desde hace años mis temporadas de pesca no existen, es todo lineal...jaja
EliminarUn saludo.
Y yo de lucietes. Con estos fríos ni siquiera había pensado en acercarme a los barbos. Habrá que probar y atreverse.
ResponderEliminarGracias Carlos.
Inténtalo Ramón, cerca tienes varios lugares, esos si , busca zonas de poco calado donde el sol pueda calentar algo.
EliminarUn saludo.
Una pasada Carlos. Doy fé que es verdad lo de ir a pescar barbos en estos meses es muy duro, pero en ocasiones gratificante.
ResponderEliminarSi Jose, duro, pero se puede pescar, incluso en zonas de la mitad norte, si es importante que sean embalses graníticos.
EliminarUn saludo.
mmm... me ha llamado la atención eso de los embalses graníticos ¿eso por qué? Lástima que por aquí no tengamos embalses en granitos, o al menos con barbos, ya que el único granito está en el Pirineo y con buena cantidad de nieve encima ahora mismo. Saludos
EliminarMas que por datos probados, es algo empírico, es decir, basado en mi experiencia de pesca en invierno, se da la situación de que en los embalses donde predominan los granitos los barbos están mas activos que en otros de tipo pizarras.
EliminarSiempre que hablemos de la zona de la meseta, sujetos a un clima similar.
Esto evidentemente no es aplicable a un embalse por ejemplo de Huelva, donde se mueven todo el año gracias a un clima mas templado.
Posiblemente haya algo ligado al alimento en los embalses graníticos con respecto al resto.