BOTTOM FEEDER
A poco que seamos observadores,
veremos claramente que la carpa es un pez
que ha evolucionado morfológicamente para alimentarse en el fondo, de
hecho no hay más que fijarse en su boca perfectamente adaptada para “aspirar”
los fondos, para comprender que esa es su especialidad. Cualquier estudio sobre
la alimentación de esta especie nos confirmara este hecho, en carpas “grandes”
la proporción de alimento cuyo origen son las capas inferiores de los sistemas
acuáticos es la que cuenta con un mayor porcentaje. Materia vegetal, cangrejos,
moluscos, ninfas de libélulas, renacuajos, sanguijuelas e incluso peces serán
mayoría en su dieta, siendo los insectos de origen terrestre muy inferiores y
descendiendo estos en su menú conforme aumentan en tamaño.
La conclusión es que si nuestro
objetivo basa la mayor parte de su alimentación en el fondo; y cuando decimos
fondo no hablamos de capas profundas en el agua, si no del mismo fondo,
independientemente de si hay un palmo o tres metros de agua por encima. Sera
ahí donde debemos centrar nuestros esfuerzos, y si tenemos unas moscas cuyo
fuerte es moverse en ese ambiente, tendremos buena parte del trabajo hecho.
QUE BUSCAMOS
Antes cabe aclarar, por si a
alguno le ha pasado desapercibido, que esta serie tanto de patrones como de
directrices en el montaje, es para carpas de cierto porte, si presentamos estas
imitaciones a carpas de kilo, lo más probable en la mayoría de los casos es que
huya despavorida. Para estos menesteres se suelen utilizar las moscas más
comunes para el barbo, lo que relato en este artículo es para peces a los que
su edad y tamaño condiciona a una alimentación más agresiva, peces
acostumbrados a atacar cangrejos o minitalla.
Es común oír entre los mosqueros que las
moscas estilo “yanqui” no funcionan con nuestras carpas, pero deberían matizar
que no son aceptadas por nuestras carpas normales, a partir de un tamaño se las
beben con sopas.
La observación y resultados que
obtengamos según las características de nuestros montajes, nos irán ayudando a
hacer la “criba”, no todos los patrones trabajan igual ni nos pueden solventar
cada una de las situaciones, pero si una serie de características en común nos
garantizaran un porcentaje de acierto positivo, estos son los factores que
hemos de buscar en nuestras moscas.
COLORES
En los montajes mostrados en el
artículo, no especifico ningún tipo de color en las recetas, por ser varias las
opciones a la hora del atado, no obstante hay ciertas tonalidades en las moscas
de carpa que son las más productivas. Los colores naturales son los mejor
aceptados por los peces, las tonalidades presentes en el alimento natural al
que están acostumbrados no despertaran sospechas, además de ser más visibles en
condiciones de turbidez del agua, ambiente que nos guste o no encontraremos en
las más de las ocasiones. El trio indispensable será el negro, oliva y rusty
que viene a ser rojo-anaranjado. También tendremos en cuenta los marrones y
grises.
BRILLOS
En la mesura esta la virtud, en
el asunto de los brillos hemos de ser comedidos, he observado una cantidad
mayor de rechazos en patrones que abusan de los brillos y es que un exceso de
estos puede causar cierta sospecha en las carpas. Sin embargo incluyendo una
pequeña parte en nuestros montajes obtendremos una respuesta muy positiva, el
efecto de atracción de estos materiales está más que demostrado y en un primer
contacto visual llama la atención de los peces, es en el momento de la
aproximación en el que un exceso puede resultar poco natural y provocar el
rechazo, por lo tanto son necesarios pero sin abusos, y han de ser sutiles.
MOVIMIENTO
Este es si cabe, el punto más
importante, si algo necesitan las imitaciones para carpa es movilidad, que no
movimiento. El movimiento lo imprimiremos al manejar la imitación, con la
recogida y los tirones a la línea, pero la movilidad es una característica que
deben tener los materiales empleados en el montaje, la mosca debería tener
“vida”, incluso cuando no hagamos ningún tipo de recogida. La carpa es un pez
sutil, no es ningún depredador con ataques fulminantes, y si de algo se sirve
es de su sentido del “tacto” presente en su boca y barbillones. De hecho son
capaces de encontrar una pequeña ninfa en medio del agua más turbia con nula
entrada de luz, esto es por la sensibilidad de sus sentidos capaces de detectar
los ínfimos movimientos de una pequeña ninfa. En este punto debemos ser
cuidadosos, pues ciertos materiales nos ayudaran a imitar esas sutiles
vibraciones que aportaran la naturalidad necesaria en la mosca. Observareis que
casi todos los patrones de este articulo contienen algún tipo de patas de
silicona o goma entre sus materiales o incluidas en el dubbing, de hecho el
dubbing comercializado por Hareline especial para la carpa contiene entre sus
componentes micro-patas de silicona, y es porque este material es esencial,
pues como he comentado incluso parado, provoca vibraciones que son clave.
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